La economía popular como concepto y fenómeno social ocupa en la actualidad una centralidad no menor en un contexto de profunda crisis del mercado laboral. En las discusiones sobre sus alcances e implicancias está implícito el impacto de las actividades que la componen en el entramado social de nuestro país. Emilce Rodríguez (Somos Barrios de Pie) y Martín Navarro (Movimiento Evita) formaron parte del Conversatorio "Economía popular, políticas públicas y producción en el Estado argentino", organizado por IAPI Mar del Plata, para pensar algunas cuestiones sobre su presente y su futuro.

El aula 24 de la Facultad de Humanidades (UNMdP) fue el espacio elegido para la realización del Conversatorio "Economía popular, políticas públicas y producción en el Estado argentino", encuentro promovido desde el Instituto de Acción y Pensamiento Interdisciplinario (IAPI) para reflexionar sobre uno de los temas centrales de la agenda pública actual: la economía popular, en tanto fenómeno de relevancia en la relación Estado-sociedad.
Emilce Rodríguez y Martín Navarro tuvieron a cargo el desarrollo del encuentro, a lo largo del cual -en un diálogo de ida y vuelta entre ellos y los asistentes- destacaron la importancia de este fenómeno, la necesidad de su justa valoración y la centralidad de su vigencia en el aparato productivo nacional.
Intercalando experiencias y reflexiones sobre la propia práctica, Rodríguez y Navarro coincidieron en señalar que la economía popular, en términos productivos "no tiene ningún techo", entendiendo que la creatividad asociada a la necesidad de reinventarnos como trabajadoras y trabajadores tampoco tiene límites. "La economía popular es poder hacer lo que queramos. De la misma forma que el feminismo plantea romper el techo de cristal, yo digo que en la economía popular también", subrayó Navarro, a lo que Rodríguez complementó destacando el alto porcentaje de trabajadoras mujeres en cada uno de los emprendimientos de la economía popular. "En cada barrio, en cada casa estamos las mujeres, trabajando organizadas, juntas y en la calle, sabiendo lo que le pasa al vecino o la vecina en cada esquina. Las trabajadoras tenemos un conocimiento real de lo que está ocurriendo, este es el sustrato de la economía popular, su base", definió.

La creciente visibilización que cobró en la arena pública y el ámbito académico el fenómeno de la economía popular en los últimos años abre una serie de interrogantes y desafíos que interpelan tanto a nuestras formas de concebir y abordar el mundo del trabajo como a las políticas que buscan dar respuesta a las principales problemáticas que atañen al sector. En relación con los primeros, algunas de las preguntas que suelen atravesar los debates recientes refieren a cómo definir al sector, dónde están sus límites y fronteras, quiénes lo conforman, cuáles son sus características y, respecto de ello, qué hay de nuevo en el concepto de economía popular y qué aportes pueden brindar las organizaciones sociales para su desarrollo.
Los segundos se vinculan directamente a estas preguntas, en tanto que las formas de concebir nuestra realidad —los supuestos con los cuales la abordamos— inciden directamente en cómo posteriormente se diseñan instrumentos, políticas y medidas para determinados sectores de la sociedad y, específicamente, para el mundo de la producción y el trabajo.
El conversatorio contó con el apoyo del Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades.
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